lunes, 5 de abril de 2010

La importancia del salitre para el país


Auge y decadencia

En la década de 1880, Chile triunfó en la Guerra del Pacífico e incorporó a su territorio las provincias de Tarapacá y Antofagasta. En ellas se encontraba el desierto de Atacama, una de cuyas riquezas mineras, el salitre, haría del país el principal productor mundial de ese abono natural. En la pampa, se encontraban yacimientos de enorme extensión, una elevada ley del mineral y de relativa accesibilidad, que le dieron al país un monopolio natural por cuatro décadas.

El salitre tarapaqueño comenzó a ser conocido en Europa por sus bondades agrícolas (fertilizantes) e industriales (pólvora). Al mismo tiempo, exploradores y empresarios chilenos descubrían y echaban andar la explotación del salitre en el salar del Carmen, a 20 kilómetros de la futura Antofagasta, a través de la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta S.A.

En posesión de los territorios, el gobierno chileno resolvió dejar en manos privadas la explotación del salitre, pero el Estado aplicó un elevado impuesto de exportación que le reportaba enormes recursos. Los empresarios favorecidos por la “reprivatización” de las oficinas salitreras, fueron mayoritariamente ingleses, entre los que destacó John Thomas North, llamado en la época el "Rey del Salitre", como demostración del dominio británico sobre el salitre en Chile.

La explotación del salitre se caracterizó por su orientación pre-moderna basada en unidades productivas dispersas y de baja tecnología; asimismo la técnica de elaboración del salitre, fue variando hasta que se consolidó un sistema llamado Shanks. Sólo a fines de los años veinte surgió una modernización de la industria con el sistema Guggenheim en las oficinas de las salitreras María Elena y Pedro de Valdivia.

Una de las consecuencias de este particular sistema productivo fue la formación de numerosos centros poblados en la pampa salitrera y en los puertos vecinos, así como también la instalación de una extensa red de ferrocarriles. Igualmente, el crecimiento de la población radicada en las localidades y oficinas del interior y en puertos y caletas de la costa, se produjo rápidamente, a causa de la migración de hombres y mujeres al norte grande en busca de oportunidades de progreso.

Vista la comercialización del salitre en forma dinámica, se observa un proceso de expansión progresiva de la producción hasta fines de la Primera Guerra Mundial: de 500 mil toneladas, en la década de 1880, se llega durante los años del conflicto bélico a bordear los 3 millones de toneladas de producción anual. Concluida la guerra, comenzó la crisis de la industria salitrera producto de la competencia del salitre sintético, que obligó a una fuerte campaña publicitaria del salitre natural. Sin embargo, no impidió que disminuyera la producción salitrera a un promedio de un millón y medio de toneladas anuales entre los años 1920-1927, para volver a alcanzar elevadas cifras en 1928-1929 y caer violentamente en la crisis de los años treinta.

El auge del salitre y el desarrollo económico y social del país estuvieron asociados desde fines del siglo XIX y comienzos del XX, manifestándose en la expansión del comercio, la industria, la agricultura y el aparato estatal. Asimismo, contribuyó al surgimiento de un proletariado industrial y una incipiente clase media. En definitiva, fue la base para un conjunto de transformaciones sociales y políticas que cambiarían el país en el siglo XX.


Economia


La economía chilena de comienzos de siglo, al igual que en los últimos años del siglo XlX, era bastante inestable, pero a la vez generaba mucha riqueza. La entrada principal provenía del salitre, cuya producción se vio afectada desde el final de la primera guerra mundial por una paulatina declinación.

El inicio de la guerra de 1.914 trajo serias consecuencias a la economía chilena, muy ligada al comercio con Europa. La recesión pudo ser controlada gracias a los ingresos generados por el alza de la venta del salitre, ya que el nitrato era necesario para la fabricación de explosivos. No obstante estos ingresos nuevamente se postergó la conversión metálica.

Los planes económico-financieros del gobierno de Ibáñez se vieron frustrados por la gran crisis económica de 1.929, que se hizo sentir también en Chile, agravada en este país por el aumento de la deuda externa.

Se trató entonces de salvar la situación mediante la formación de la Compañía de Salitre de Chile, mas conocida por su nombre abreviado de Cosach.

En la Cosach entraron como socios el fisco y la mayor parte de las compañías salitreras, distribuyéndose las acciones por mitad entre ambas entidades. El fisco no cobraría en adelante derechos de exportación del salitre, y, en cambio, la compañía quedaría obligada a pagarle en cuatro años $666.000.000. cantidad que permitiría al gobierno salvar por un tiempo sus dificultades financieras.

Desgraciadamente, la crisis se agravó en 1.931, con la consiguiente desvalorización de productos y cierre de mercados.

Grandes cantidades de salitre aguardaban en los almacenes europeos o en las canchas chilenas, mientras una alarmante cesantía comenzaba en los centros industriales del país.

Desde 1850, tanto chilenos como ingleses, inviertieron en las salitreras de Tarapacá, aportando importantes transformaciones técnicas que aumentaron su rentabilidad.

El Estado impuso un gravamen a la exportación del nitrato, creando así una fuente de recursos fiscales que permitió, no sólo pagar las deudas contraídas con motivo de la guerra y mantener su poderío militar, sino que también, contar con importantes recursos para desarrollar planes de obras públicas y educacionales.

La riqueza del salitre para Chile fue la principal consecuencia económica de la victoria nacional en la Guerra del Pacífico.



USOS


Hasta el momento se tiene establecido que fueron los chinos los que primero utilizaron el salitre para sus trabajos de alquimia

En el caso de China, los monjes de la secta Tao, seguidores de la filosofía de Lao Tse, fueron los iniciadores de los experimentos que se llevaron a cabo con este mineral.

Estos religiosos se dedicaban a la transmutación de los metales, lo que los llevó a descubrir el modo de preparar el alumbre, el cristal, el salitre y finalmente, la pólvora.

Se utiliza en la fabricación de ácido nítrico, sulfúrico y nitrato de potasio; es un agente oxidante, también es ocupado en agricultura como fertilizante nitrogenado que puede, eventualmente, reemplazar a la urea (posee un 16% de nitrógeno, sodio 26%).

Otros usos son en la fabricación de vidrios, pirotecnia, medicina, fósforos, dinamita, explosivos, militares, gases, fabricación de sales de sodio, pigmentos, preservativo de alimentos, esmalte para alfarería, para cambiar las propiedades de encendido del tabaco, etc.

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